Presentación de Bebés al Señor
0 ComentariosPublicado por El Mensajero Blog el día 13 de enero de 2007 a las 11:43 a. m..
(Park Gardens) - El domingo 3 de diciembre se presentaron al Señor las niñas Andrea Isabel Reverón Irizarry, hija de Edgardo Reverón Guzmán y Carmen Irizarry Cruz y Mariana Sofía Guzmán Febles, hija de Luis Arturo Guzmán Vélez y Angélica Febles Pérez. Fue un momento emotivo y de mucha espiritualidad ver como sus madres acudieron a nuestra congregación para pedir la bendición de Nuestro Señor Jesucristo para sus dos pequeñas bebés.
Andrea Isabel es nieta de los Hermanos Efraín Reverón y Dilaila Guzmán. Mariana Sofía es nieta del hermano de Dilaila el Sr. Luis Guzmán y su esposa la Sra. Anita Vélez. A la vez ambas son bisnietas de la Hermana Gloria Lluberes Vda. de Guzmán. Le damos las gracias al Hermano Rafael (Rafy) Alamo quien estuvo a cargo de la presentación y oración. Que el Señor lo Bendiga siempre.
The 37th Caribbean Lectureship
0 ComentariosPublicado por El Mensajero Blog el día 6 de enero de 2007 a las 10:28 p. m..
The 37th Caribbean Lectureship will be held in San Juan, Puerto Rico from July 8-11, 2007. The theme is “Jesus! The Power to Save” We kindly invite you to be with us at this important event.
The Lectureship will be held at the Holiday Inn San Juan, 8020 Tartak St., Isla Verde, Puerto Rico 00979. The telephone number is 787-253-9000 or 787-253-9007 and website is www.hisanjuan.com. The rate is US$161 per night, including taxes. The rate includes Continental Breakfast. There is a US$25.00 fee for additional guests in the room, per night, plus taxes.
We would appreciate getting information regarding how many of you are coming so that we can begin with the bookings and pre-registration. The deadline for the non-refundable one night deposit is April 30, 2007.
Should you need additional information, please feel free in contacting Bro. Leroy Smith at pinv2(at)caribe.net and/or Sis. Carmen Stanley at black_ebony(at)yahoo.com.
Por la Hna. Carmen N. Rivera
Todo Cristiano – un Maestro
Toda mujer Cristiana enseña todos los días. Enseña con las palabras que dice, enseña por lo que ella hace, enseña con las decisiones que toma mientras se enfrenta a los retos de la vida. También enseña cuando prefiere no hablar. Aunque nunca participes en una clase Bíblica, ni hagas ningún esfuerzo personal por trabajar o por lo menos hablarle a tus amigos sobre Jesús, tu vas a enseñarle a la gente con tu ejemplo.
Sin embargo, el Cristiano verdadero hace algo mas que enseñar con su comportamiento. La mujer Cristiana tiene que enseñar, como lo hizo nuestro Señor “de palabra y de hecho”. Nosotras debemos enseñar porque nos fue encomendado enseñar, porque es nuestra responsabilidad individual, porque tenemos que enseñar para seguir el ejemplo de Jesús y el ejemplo de la iglesia primitiva y porque ganamos mucho de nuestra enseñanza.
Enseñar es un Mandato
Después de la resurrección, Cristo se reunió con sus discípulos en el monte en Galilea. “Cuando ellos lo vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:17-19). Estas fueron de las últimas palabras de nuestro Señor.
A los Cristianos se nos ha dicho que tenemos que tener reverencia por Cristo en nuestros corazones, y hacerlo a el nuestro Señor. Estemos siempre preparadas para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo aquel que demande razón de la esperanza que nosotras tenemos. (1Pedro 3:15). Y Dios le dijo a Ezequiel, “Si yo dijere al impío, De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino, a fin de que salve su vida, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y el no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás salvado tu alma" (Ezequiel 3:18-19).
Esto es un Asunto Individual
Nosotras tenemos una responsabilidad individual de enseñar. Cada Cristiano debe enseñar a otros. Así como el bautismo y el participar de la Cena del Señor son individuales y nadie lo puede hacer por nosotros, también la enseñanza Cristiana individual es necesaria de modo que seamos seguidores de la Palabra de Cristo. Veintidos pasajes de las escrituras nos indican la necesidad de tomar la Cena del Señor, 120 pasajes nos enseñan acerca del bautismo, pero mil veces en el Nuevo Testamento se nos exhorta a enseñar la Palabra de Dios.
Cada mujer Cristiana debe enseñar. Debe sentirse impulsada a hablar de Cristo. La naturaleza del evangelio lo requiere. Las buenas nuevas deben ser llevadas de individuos a individuos. Se llega a las masas solamente si los individuos que la componen son alcanzados.
Cristo dijo, “Predica a todas las naciones” “a toda criatura”. El no dijo, “Invítalos a ellos que vengan,” el dijo “Ve y predica”. No dijo, “Déjales saber a ellos que tu estás en el pueblo”, sino que dijo “Ve predícales". No dijo “Vengan” sino “Id”.
Tu debes estar pensando que esto está bien para los hombres. ¿Pero qué acerca de las mujeres? ¿Recuerdan ustedes el sermón de Cristo a la mujer samaritana? Como resultado de su enseñanza, ella trajo “grandes multitudes”. (Juan 4:1-42). Pero no es necesario tener tan gran audiencia. Priscilla y Aquila enseñaron a Apollos, y vean como los efectos de su enseñanza fue esparcido. (Hechos 18:24-26).
Cristo y los Primeros Cristianos
Cristo es nuestro ejemplo como el maestro ideal. El usó toda oportunidad para hablarle a la gente sobre Dios.
La iglesia primitiva también lo hizo. “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5:42). Después de la muerte de Esteban, la iglesia fue dispersa, “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.” (Hechos 8:4).
Tú Ganarás
Tal vez tu ganes más que la persona a la que estás enseñando, de la experiencia de ofrecer la Palabra de Dios a otros. Primero vas a ganar tener tu conciencia tranquila y el agradable sentimiento que se siente cuando podemos ayudar a otras personas. Hacer el bien es una experiencia que nos satisface a todos, pero quedarnos con la duda de que no hemos hecho lo mejor que pudimos, nos hace sentirnos miserables.
Segundo, vas a aprender de el estudio que prepares para enseñar. Cuando tu sientes que has entendido algo lo suficientemente bien para comunicárselo a alguien mas y te sientes capacitada para contestar cualquier pregunta que pueda surgir, tu vas a hacer lo mejor para dominar la materia. Por consiguiente, tu vas a encontrar que tu estudio para preparar las lecciones para otros será de lo más provechoso que puedas hacer. Le vas a ir dando forma en tu mente a la lección hasta que la preparas; segundo, presentas la lección; y tercero, explicas cualquier punto que pueda no haber sido entendido.
Tercero, tu vas a ganar porque siempre uno gana cuando está haciendo la voluntad del Señor y siguiendo su ejemplo. Vamos a crecer espiritualmente porque vamos a estar en una comunión más íntima con Cristo y en armonía con Dios.
¿Cómo Debemos Nosotras Enseñar?
Los Cristianos pueden enseñar de forma individual, en grupos o en clases, distribuyendo literatura o predicando desde el púlpito o a través de los medios de comunicación. Pueden enseñar a través de sermones, discusiones, preguntas o conversaciones. Pueden enseñar en el salón de clases, en el hogar, en la calle, en el trabajo en fin dondequiera que haya gente. Tu método y procedimiento de enseñanza dependerá de tus talentos. Pero lo importante es enseñar.
La forma en que un argumento es presentado tiene mucho que ver con su aceptación. La enseñanza debe ser el resultado de amor guiado por sabiduría. Las mujeres Cristianas en sus enseñanzas deben ser “prudentes como serpientes y sencillas como palomas”. (Mateo 10:16). Nunca impongas tu opinión; sino lee y sujétate a la Palabra de Dios. Nunca entres en controversias; sino ilustra con la Palabra de Dios. Asegúrate de que el amor brille a través de tu enseñanza. Recuerda que tu no estás persiguiendo ganar un argumento sino ganar un alma para Cristo.
Metas de la Maestra
La maestra debe tratar de:
1.Ayudar a sus discípulos a conocer a Dios.
2.Enseñarles a seguir a Jesús como su líder y a aceptarlo como su Salvador.
3.Enseñarles a conocer la Biblia.
4.Enseñarles el plan de Dios para su vida así como el plan de salvación.
5.Enseñarles a desarrollar un carácter Cristiano.
6.Ayudar a sus discípulos a que vengan a ser Cristianos trabajadores.
7.Enseñarles a compartir en la construcción de hogares Cristianos.
8.Dirigirlos para que conviertan las enseñanzas de Cristo en servicio Cristiano.
La iglesia necesita trabajadores entrenados. El plomero conoce como usar sus herramientas; el doctor está entrenado para diagnosticar y tratar las enfermedades; el maestro debe estar preparado y entrenado para usar sus herramientas. Debe tener consigo su propia Biblia y usarla. Debe estar familiarizado con ella, marcarla de forma tal que se le haga fácil conseguir los pasajes.
Las maestras deben ser Cristianas maduras. Una persona que haya sido Cristiana por lo menos por 10 años, y que a través del estudio y la oración haya crecido espiritualmente, puede demostrar mayor madurez que aquella que haya sido bautizada hace 40 años y que no haya crecido en el conocimiento de la Palabra ni en la oración. Viene a ser como nos indica el pasaje de Hebreos 5:12, “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido”.
La maestra debe conocer los hechos acerca de Dios y su plan, y ella adquiere ese conocimiento a través del estudio de su Palabra. Ella debe conocer a Dios. Nosotros conocemos a Dios a través de Cristo Jesús poniendo nuestros conocimientos a prueba, viviendo de acuerdo a su ejemplo y viviendo una vida de oración y comunión con El. “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado." (Juan 17:3). Esta es la gran meta de la vida.
Todo Cristiano – un Maestro
Toda mujer Cristiana enseña todos los días. Enseña con las palabras que dice, enseña por lo que ella hace, enseña con las decisiones que toma mientras se enfrenta a los retos de la vida. También enseña cuando prefiere no hablar. Aunque nunca participes en una clase Bíblica, ni hagas ningún esfuerzo personal por trabajar o por lo menos hablarle a tus amigos sobre Jesús, tu vas a enseñarle a la gente con tu ejemplo.
Sin embargo, el Cristiano verdadero hace algo mas que enseñar con su comportamiento. La mujer Cristiana tiene que enseñar, como lo hizo nuestro Señor “de palabra y de hecho”. Nosotras debemos enseñar porque nos fue encomendado enseñar, porque es nuestra responsabilidad individual, porque tenemos que enseñar para seguir el ejemplo de Jesús y el ejemplo de la iglesia primitiva y porque ganamos mucho de nuestra enseñanza.
Enseñar es un Mandato
Después de la resurrección, Cristo se reunió con sus discípulos en el monte en Galilea. “Cuando ellos lo vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:17-19). Estas fueron de las últimas palabras de nuestro Señor.
A los Cristianos se nos ha dicho que tenemos que tener reverencia por Cristo en nuestros corazones, y hacerlo a el nuestro Señor. Estemos siempre preparadas para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo aquel que demande razón de la esperanza que nosotras tenemos. (1Pedro 3:15). Y Dios le dijo a Ezequiel, “Si yo dijere al impío, De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino, a fin de que salve su vida, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y el no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás salvado tu alma" (Ezequiel 3:18-19).
Esto es un Asunto Individual
Nosotras tenemos una responsabilidad individual de enseñar. Cada Cristiano debe enseñar a otros. Así como el bautismo y el participar de la Cena del Señor son individuales y nadie lo puede hacer por nosotros, también la enseñanza Cristiana individual es necesaria de modo que seamos seguidores de la Palabra de Cristo. Veintidos pasajes de las escrituras nos indican la necesidad de tomar la Cena del Señor, 120 pasajes nos enseñan acerca del bautismo, pero mil veces en el Nuevo Testamento se nos exhorta a enseñar la Palabra de Dios.
Cada mujer Cristiana debe enseñar. Debe sentirse impulsada a hablar de Cristo. La naturaleza del evangelio lo requiere. Las buenas nuevas deben ser llevadas de individuos a individuos. Se llega a las masas solamente si los individuos que la componen son alcanzados.
Cristo dijo, “Predica a todas las naciones” “a toda criatura”. El no dijo, “Invítalos a ellos que vengan,” el dijo “Ve y predica”. No dijo, “Déjales saber a ellos que tu estás en el pueblo”, sino que dijo “Ve predícales". No dijo “Vengan” sino “Id”.
Tu debes estar pensando que esto está bien para los hombres. ¿Pero qué acerca de las mujeres? ¿Recuerdan ustedes el sermón de Cristo a la mujer samaritana? Como resultado de su enseñanza, ella trajo “grandes multitudes”. (Juan 4:1-42). Pero no es necesario tener tan gran audiencia. Priscilla y Aquila enseñaron a Apollos, y vean como los efectos de su enseñanza fue esparcido. (Hechos 18:24-26).
Cristo y los Primeros Cristianos
Cristo es nuestro ejemplo como el maestro ideal. El usó toda oportunidad para hablarle a la gente sobre Dios.
La iglesia primitiva también lo hizo. “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5:42). Después de la muerte de Esteban, la iglesia fue dispersa, “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.” (Hechos 8:4).
Tú Ganarás
Tal vez tu ganes más que la persona a la que estás enseñando, de la experiencia de ofrecer la Palabra de Dios a otros. Primero vas a ganar tener tu conciencia tranquila y el agradable sentimiento que se siente cuando podemos ayudar a otras personas. Hacer el bien es una experiencia que nos satisface a todos, pero quedarnos con la duda de que no hemos hecho lo mejor que pudimos, nos hace sentirnos miserables.
Segundo, vas a aprender de el estudio que prepares para enseñar. Cuando tu sientes que has entendido algo lo suficientemente bien para comunicárselo a alguien mas y te sientes capacitada para contestar cualquier pregunta que pueda surgir, tu vas a hacer lo mejor para dominar la materia. Por consiguiente, tu vas a encontrar que tu estudio para preparar las lecciones para otros será de lo más provechoso que puedas hacer. Le vas a ir dando forma en tu mente a la lección hasta que la preparas; segundo, presentas la lección; y tercero, explicas cualquier punto que pueda no haber sido entendido.
Tercero, tu vas a ganar porque siempre uno gana cuando está haciendo la voluntad del Señor y siguiendo su ejemplo. Vamos a crecer espiritualmente porque vamos a estar en una comunión más íntima con Cristo y en armonía con Dios.
¿Cómo Debemos Nosotras Enseñar?
Los Cristianos pueden enseñar de forma individual, en grupos o en clases, distribuyendo literatura o predicando desde el púlpito o a través de los medios de comunicación. Pueden enseñar a través de sermones, discusiones, preguntas o conversaciones. Pueden enseñar en el salón de clases, en el hogar, en la calle, en el trabajo en fin dondequiera que haya gente. Tu método y procedimiento de enseñanza dependerá de tus talentos. Pero lo importante es enseñar.
La forma en que un argumento es presentado tiene mucho que ver con su aceptación. La enseñanza debe ser el resultado de amor guiado por sabiduría. Las mujeres Cristianas en sus enseñanzas deben ser “prudentes como serpientes y sencillas como palomas”. (Mateo 10:16). Nunca impongas tu opinión; sino lee y sujétate a la Palabra de Dios. Nunca entres en controversias; sino ilustra con la Palabra de Dios. Asegúrate de que el amor brille a través de tu enseñanza. Recuerda que tu no estás persiguiendo ganar un argumento sino ganar un alma para Cristo.
Metas de la Maestra
La maestra debe tratar de:
1.Ayudar a sus discípulos a conocer a Dios.
2.Enseñarles a seguir a Jesús como su líder y a aceptarlo como su Salvador.
3.Enseñarles a conocer la Biblia.
4.Enseñarles el plan de Dios para su vida así como el plan de salvación.
5.Enseñarles a desarrollar un carácter Cristiano.
6.Ayudar a sus discípulos a que vengan a ser Cristianos trabajadores.
7.Enseñarles a compartir en la construcción de hogares Cristianos.
8.Dirigirlos para que conviertan las enseñanzas de Cristo en servicio Cristiano.
La iglesia necesita trabajadores entrenados. El plomero conoce como usar sus herramientas; el doctor está entrenado para diagnosticar y tratar las enfermedades; el maestro debe estar preparado y entrenado para usar sus herramientas. Debe tener consigo su propia Biblia y usarla. Debe estar familiarizado con ella, marcarla de forma tal que se le haga fácil conseguir los pasajes.
Las maestras deben ser Cristianas maduras. Una persona que haya sido Cristiana por lo menos por 10 años, y que a través del estudio y la oración haya crecido espiritualmente, puede demostrar mayor madurez que aquella que haya sido bautizada hace 40 años y que no haya crecido en el conocimiento de la Palabra ni en la oración. Viene a ser como nos indica el pasaje de Hebreos 5:12, “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido”.
La maestra debe conocer los hechos acerca de Dios y su plan, y ella adquiere ese conocimiento a través del estudio de su Palabra. Ella debe conocer a Dios. Nosotros conocemos a Dios a través de Cristo Jesús poniendo nuestros conocimientos a prueba, viviendo de acuerdo a su ejemplo y viviendo una vida de oración y comunión con El. “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado." (Juan 17:3). Esta es la gran meta de la vida.
